Así fue la presentación de Raztlán en un botanero teraleño

Tuxtla Gutiérrez (Ch247/).- Después de todo resultó gratificante para Laberinto Récords y Rufianes Producciones presentar a Raztlán en un botanero de la Sexta Oriente de la delegación Terán. Acompañado de las bandas Sistema Proletario y La Ruta, la fiesta musical -desarrollada una noche antes de Navidad- mandó a los asistentes contentos a sus casas.

(Un traguito mientras la música sigue. Foto: Marco A. Rangel)

A quien se le extrañó fue al Zoque Caníbal. Su guitarrista, Kevin May, decidió que era mejor esfumarse del botanero antes de su turno al escenario. Algo similar sucedió con Guarro, quien tampoco tocó.

(Raztlán, una banda originaria de la Ciudad de México. Foto: Marco A. Rangel)

El lugar estaba dividido entre comensales asiduos, acostumbrados a escuchar música de banda, y jóvenes gustosos del ska y del reggae. Todo se desenvolvió en perfecta armonía. Inclusive, algunos comensales optaron por olvidar las letras de la “música agropecuaria” y se dieron vuelo bailando al ritmo de las bandas en escena.

(Todo se desarrolló en perfecta armonía. Foto: Marco A. Rangel)

Mientras se desarrollaba el evento, las pequeñas trabas estresaron a los organizadores, pero las lograron salvar gracias a la paciencia infringida ante los problemas.

A quien le costó un poco de trabajo asimilar lo que estaba pasando, fue al gerente del botanero. Su preocupación más grande radicaba en el “ruido” de los grupos que, probablemente, molestaría los afinados oídos de los vecinos gustosos de la música de banda y vaya usted a saber de qué más.

(Jesús, vocalista de Raztlán. Foto: Marco A. Rangel)

También preocupaba al gerente la constante asistencia de la banda skata. Y cómo no estarlo, si en muchas ocasiones la banda es recordada por sus derroches de estrógeno y bravuconadas en el slam.

(Marcos García y Luis Roto tocando con Raztlán. Foto: Marco A. Rangel)

Minutos después de que se cerrara la puerta, tres chavos intentaron entrar al lugar, pero sus intenciones fueron frustradas cuando los empleados de seguridad la azotaron casi en sus narices, mostrando con ello su coto de poder, como cuando cualquier zoquete adquiere un cargo público o este reportero cree que su texto de quinta tiene la última palabra.

(El botanero sonando al ritmo de reggae. Foto: Marco A. Rangel)

La Ruta

La primera banda en subir al escenario fue La Ruta. Es un grupo de simple ska, pero con una actitud que muchos quisieran mostrar sobre el escenario. Desde los primeros acordes, los comensales asiduos y demás banda se prendieron en la primera canción. Esta vez, tanto el bajista como saxofonista dejaron guardadas la máscara de chango… intrigante.

(La Ruta en el escenario. Foto: Marco A. Rangel)

Raztlán

Esta banda originaria de la Ciudad de México cuenta con todas las tablas sobre un escenario. Fue la segunda en tocar, pero el pobre backline provocó que las voces se “atoraran” en las bocinas de pésima calidad.

(Momento en que Marco García ejecuta un solo de saxofón. Foto: Marco A. Rangel)

Pero ello no desanimó al vocalista, Jesús, quien sacó las tablas y continuó entregando a los asistentes casi una hora de estupenda música de reggae, ejecutada al punto por los integrantes de la banda, y todos bailamos.

(Jesús Raztlán. Foto: Marco A. Rangel)

Raztlán invitó a participar en esta presentación a dos músicos reconocidos en la escena chiapaneca: Marco García, en el saxofón, y Luis Roto, en el trombón, ambos integrantes de las bandas La Sexta Vocal y Zoque Caníbal.

(Marco García y Luis Roto en los metales. Foto: Marco A. Rangel)

Aquí te dejo el más reciente video de Raztlán:

 

Sistema Proletario

Llegó el turno para esta banda emblemática de la capital chiapaneca. Mientras tocaban su tercer tema, el gerente del lugar decidió que la música en vivo tenía que parar, era casi la una de la mañana.

(La presentación de Sistema Proletario fue truncada. Foto: Marco A. Rangel)

Cabe señalar que Sistema Proletario cuenta con uno de los mejores bateristas de Chiapas, Moy Mangas, exintegrante de Zoque Caníbal, pero eso no fue suficiente para que el gerente, quien ordenó apagar el equipo, diera por terminado el evento, y tantán.

 

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