Ojos de perro azul / Intolerante presidente municipal en Tonalá


René Delios

No me sorprende que al llamado Manaco o Manuel Narcía Coutiño -según me dicen un señor muy popular en esa población, adinerado, ya dos veces alcalde, empresario, viajado y vivido- se descubra como ignaro e intolerante presidente municipal en Tonalá, en la costa de Chiapas, al mandar a cubrir un mural de acrílico en alusión al día de muertos, en la barda perimetral del panteón de esa ciudad, el que seguramente no le gustó por ideología o fe, pues es claro el trabajo surrealista y no religioso que presentaba el artista Abel Miranda en éste, en dónde la muerte inexorable está implícita en los vivos y en su vida.


No, no había alusiones religiosas, ni cruces, ni cristos, ni santos, ni ángeles ni nada de eso que enaltezca fe alguna, y sí la tradición misma del culto a la muerte, tan del México precolombino.


No han sido pocos los munícipes que han actuado así, y que han creado verdaderos conflictos incluso con la federación, como aquel que mandó a pavimentar algunas calles empedradas de San Juan del Río, para que pudieran pasar los camiones al mercado, cuando esos empedrados datan de tres siglos, ese pueblo es mágico, patrimonio cultural de la humanidad: le valió madre al alcalde y le echó cemento.


¡Claro que al estilo de antes, fue cesado!


Ahora ante la critica tremenda y el hecho mismo que lo exhibe, ya salieron sus cercanos apoyando la versión de que se trató de un error que mide más de ¡25 metros cuadrados!


Son consecuencias de la ignorancia, pero también de la prepotencia.
No, no me sorprende lo que hizo ese señor Manaco.

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