El asesino de Viridians sigue libre tras 12 años del feminicidio; su familia exige justicia


Omar Fernando Rosales Toledano, se fugó tras recibir una condena de 25 años y permanece prófugo


Christian González


San Cristóbal de Las Casas (Ch24/7). Han pasado más de 12 años desde que Viridians Flores Ramírez, joven madre de 21 años, fue asesinada en San Cristóbal de Las Casas, y su feminicida, Omar Fernando Rosales Toledano, continúa prófugo. Su padre, Juan Carlos Flores Santiago, no ha dejado de exigir justicia desde aquel 8 de junio de 2013, cuando su hija fue arrojada sin vida desde el puente “San Cristóbal”.
Ese día, recuerda, recibió una llamada desde el teléfono de su hija: “Me dijeron que se trataba de un secuestro y que debía pagar. Pero todo era una farsa.

El feminicidio ya había ocurrido”. Omar, pareja de Viridians y padre del bebé de ambos, incluso se sumó a la supuesta búsqueda junto con su madre, escuchando todos los movimientos de la familia, incluida la llamada a la Fiscalía.


Cuatro días después, recibió otra llamada con una advertencia: “Todo se acabó por hablarle a las autoridades”. El mensaje también llegó del número de la joven estudiante de Derecho.


La investigación no solo fue lenta, sino plagada de omisiones. Aunque un cómplice de Omar confesó haberlo ayudado a arrojar el cuerpo —tras intentar quitarse la vida en Tapachula—, la justicia tardó cinco años en detener a Rosales. Durante ese tiempo, la familia fue revictimizada por las mismas autoridades, y muchas pruebas clave desaparecieron: no se hizo prueba de ADN a Viridiana, no se preservó su cabello, y se perdieron objetos fundamentales para el caso.


Pese a las denuncias previas de violencia, incluyendo una agresión física severa y antecedentes de maltrato animal por parte de Omar, el caso fue inicialmente desestimado por las autoridades.

UNA CADENA DE OMISIONES Y COMPLICIDADES. La situación se agravó cuando la jueza de control, Isabel Álvarez Ramos, dictó sentencia absolutoria a favor de Rosales tras “revisar” un expediente de nueve tomos en apenas unas horas. La actuaria que llevó la orden de liberación lo hizo en el vehículo de la madre del feminicida, y al llegar al penal de Cintalapa, la familia de Omar ya lo esperaba.


Después de una apelación, la sentencia fue revocada por la Sala Regional de San Cristóbal, que ordenó una condena de 25 años. Sin embargo, una vez notificado, Omar se fugó y desde entonces se desconoce su paradero. Su madre también desapareció.


En entrevista, Juan Carlos también denunció que fue amenazado por el padre del feminicida, quien le advirtió que dejara de buscar justicia. Asegura que hubo protección política en favor del agresor, quien trabajó para Luis Armando Melgar, entonces senador del PVEM, y recibió presunto respaldo del entonces magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia, Rutilio Escandón, y del exgobernador Manuel Velasco Coello.


“No puedo asegurar que actuaron directamente, pero no puedo creer que no supieran del caso y no hicieran nada para detenerlo”, dice.


Incluso, la Fiscalía se negó a emitir una ficha roja de búsqueda internacional para dar con el paradero de Omar.


La familia de Omar intentó arrebatarle la custodia del hijo de Viridians, pero Juan Carlos logró conservarla. Hoy, con la reforma al Código Penal en Chiapas que permite penas de hasta 100 años de prisión por feminicidio, espera que se castigue con todo el peso de la ley al asesino de su hija.


“Confío en que este gobierno sí hará justicia. Las pasadas administraciones archivaron el caso, pero nosotros seguimos luchando”, afirma.


VIOLENCIA FEMINICIDA EN CHIAPAS Y UN SISTEMA QUE NO PROTEGE. Contexto: el caso de Viridiana es solo uno entre miles. De 2016 a 2024, el Observatorio Feminista contra la Violencia a las Mujeres documentó 1,671 muertes violentas de mujeres en Chiapas, de las cuales 421 fueron feminicidios y 439 intentos. En lo que va de 2025, al menos 22 feminicidios han sido registrados por organizaciones como la Colectiva 50+1.


A nivel nacional, entre 2015 y abril de 2025, fueron asesinadas 34,714 mujeres, adolescentes y niñas, y solo el 24.6% de los casos fueron investigados como feminicidios, según el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.


Para Patricia Aracil Santos, de la Colectiva Cereza, Chiapas vive una simulación institucional: “Aunque hay dos Alertas de Violencia de Género activas, pareciera que no existen. La mayoría de las mujeres en prisión son sobrevivientes de feminicidio, que se defendieron para no ser asesinadas”.


El caso de Viridians Flores Ramírez simboliza la lucha contra la impunidad estructural y la negligencia del sistema judicial, pero también es una historia de resistencia: la de un padre que, a más de una década, sigue exigiendo justicia en nombre de su hija.

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