El portón se abrió y no volvió a cerrarse igual
Un pequeño de apenas un año y tres meses pereció debajo del vehículo que conducía su propio padre
Fotografía: Marco A. Rangel
Antonio Chávez
Tuxtla Gutiérrez (Ch24/7). A plena luz del día, en la quietud casi inmóvil del ejido Copoya, el destino eligió un instante para torcerlo todo.
En una vivienda de la Segunda Oriente y Tercera Sur, un hombre ingresaba a casa. El reloj marcaba alrededor de las 10.00 horas de este miercoles. Con la rutina de siempre, descendió para abrir las hojas del portón de su cochera. Maniobró su camioneta color vino en reversa, como tantas veces. Pero algo no fue como antes.
Una de las llantas traseras se alzó brevemente, y al momento un grito rompió la aparente normalidad. El conductor descendió, sobresaltado, y allí descubrió la escena que partiría su vida en dos.
Su hijo, un pequeño de apenas un año y tres meses, yacía bajo el vehículo.
La alerta movilizó a policías municipales y estatales. Minutos después, paramédicos de Protección Civil acudieron al lugar y brindaron atención prehospitalaria al infante, identificado como L. “N”.
La evaluación fue clara y cruel: traumatismo craneoencefálico severo, exposición de masa encefálica, sin signos vitales. Ya nada podía hacerse.
De acuerdo con los primeros datos, el menor habría salido al encuentro de su padre, sin que éste lo notara. La furgoneta, al ingresar en reversa, terminó por atropellarlo.
Unas dos horas más tarde, personal de los Servicios Periciales de la Fiscalía General del Estado (FGE) realizó el levantamiento del cuerpo y las diligencias correspondientes.