Don Miguel Alvarez del Toro y su gran obra en Chiapas
Tuxtla Gutiérrez (Ch24/7). El mes de agosto es muy especial para el Zoológico Regional Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT), ya que en él se registra el nacimiento y fin de la existencia terrenal de su fundador y guía Don Miguel Álvarez del Toro. Es precisamente cada 23 de agosto que se conmemora el natalicio de este gran hombre, en las siguientes líneas lo recordaremos a través del gran legado que nos dejó.
Para quienes tuvimos el privilegio de convivir con Don Miguel, era una costumbre ver a esa gran personalidad diariamente recorriendo los amplios andadores del Zoológico bajo la frondosa vegetación de El Zapotal, observando de cerca a los animales, conviviendo con sus trabajadores o desde su oficina modesta, sencilla, con las puertas siempre abiertas recibiendo y escuchando atento al colaborador, al empleado que buscaba no solo una instrucción para el trabajo diario sino también el mejor consejo o apoyo para resolver sus problemas personales, o también desde esa trinchera alzando su voz para infructuosamente tratar de detener la destrucción de nuestros ricos ecosistemas, las agresiones hacia el Zoológico o también con su hábil pluma escribiendo sus sabios conocimientos acerca de nuestra fauna acumulados en toda su fructuosa vida, escribiendo novelas de ciencia-ficción o con su pincel pintando espléndidos cuadros. Ese fue Don Miguel, un ser humano ejemplar en todas sus facetas.

Promotor incansable de la protección de los recursos naturales del estado, a él se debe la actual existencia importantes áreas naturales protegidas de Chiapas, como lo son las Reservas de la Biosfera “Selva el Ocote”, “El Triunfo”, “La Encrucijada” y “La Sepultura” como las más importantes, ya que fue también promotor de Parques Nacionales y otras muchas áreas de carácter estatal. Estas reservas fueron concebidas cuando no se hablaba de conservación en México y aún no se pensaba en la devastadora destrucción de nuestro patrimonio natural.
En cuanto a su producción científica es impresionante, ya que ésta no fue el eje central de su vida, aún así está reconocido como de los más destacados científicos mexicanos de este siglo, no tanto por el volumen, sino por la calidad y trascendencia de su obra. Esta podemos resumirla en 7 libros, algunos con más de 2 ediciones: Los Animales Silvestres de Chiapas, Los Reptiles de Chiapas, Las Aves de Chiapas, Los Crocodylia de México, Los Mamíferos de Chiapas, Las Arañas de Chiapas y Así Era Chiapas. Cerca de 100 artículos en revistas especializadas. Fue miembro de numerosas sociedades científicas nacionales e internacionales y de varios grupos de especialistas.
Su legado más conocido es el ZooMAT, que es producto entre otras cosas, de la gran visión de un gran naturalista que adelantándose a su tiempo, pensó que un zoológico no es nada mas un conjunto de jaulas en las que sobreviven animales, sino que pueden ser centros para la exhibición, investigación, educación y conservación de la fauna. Asimismo Don Miguel Álvarez del Toro, desde su primer acercamiento a Chiapas, pudo darse cuenta que este Estado tenía tal riqueza, que no necesitaba importar animales, sino más bien dar a conocer los misterios que guardaba. Esa tarea le llevó toda una vida, ya que montar una exhibición representativa de la fauna de una de las regiones más ricas del mundo, investigar acerca de los hábitos de esos animales y proteger su hábitat, no es una tarea fácil. Quizá Don Miguel no cumplió cabalmente sus sueños, pero sí dejó una gran obra y un ejemplo que ha permitido seguir adelante con ellos. Ahora a 83 años de su fundación, el ZooMAT cumple con la mayor parte de las características del zoológico “ideal” según la Organización Mundial de Zoológicos.

Sin lugar a dudas, la partida de Don Miguel representa la extinción de una extirpe muy especial: los naturalistas, esos sabios que veían a la naturaleza como una compleja maquinaria que funciona armónicamente y que no basta con estudiar una de sus partes para poder entenderla, es necesario conocerla de manera integral y fundamentalmente respetarla.
Don Miguel está vivo por siempre en cada hoja, en cada flor, en cada árbol, en cada animal, en cada riachuelo, en cualquier expresión de la madre naturaleza, pero fundamentalmente está vivo en cada uno de nuestros corazones. Vaya pues nuestro recuerdo y agradecimiento para este gran personaje en el 108 aniversario de su nacimiento.