Fracasa pacto de no agresión entre Chenalhó y Aldama

Tuxtla Gutiérrez (Ch24/7). A pesar de que el viernes 27 de noviembre de 2020, nuevamente se firmó el Acuerdo Definitivo entre Aldama y Chenalhó, los ataques de armas de fuego continúan contra la población de Aldama.

Según el reporte de la Comisión Permanente de los 115 Comuneros y de Desplazados de Aldama, las balas alcanzaron a Andrés Jiménez Pérez, de 39 años, perteneciente a la comunidad de San Pedro Cotzilnam. Fue atacado en el camino de Tabak a San Pedro Cotzilnam, a la 13.20 horas de este domingo.

Los disparos provinieron desde en el punto de ataque de T’elemax, mientras regresaba de su trabajo junto con si hijo de 9 años de edad.

El conflicto es permanente a lo largo de los 11 kilómetros, en la cual se han extendido las agresiones por grupos armados provenientes de Santa Martha y Saclum, ambos pertenecientes al municipio de Chenalhó .

Las agresiones armadas son frecuentes contra las comunidades de cabecera, Stzelejpotobtic, Xuxchen, Coco, y Tabak, en donde las familias se desplazan hacia las montañas para resguardar su integridad.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas ha documentado y denunciado la presencia de grupos armados tipo paramilitar en Kantetik y Chuch’ te, pertenecientes a Santa Martha.

La Policía Ministerial y la Guardia Nacional han realizado rondines por la zona sin resultados concretos.

El último patrullaje de la Seguridad Pública Estatal y Judiciales por Aldama se efectuó el pasado 23 de mayo de 2020.


“Vinieron a hacer recorrido en las comunidades y también a entrevistar los de la comisión permanente y a verificar si siguen las agresiones del grupo armado o no en contra de los pobladores de Aldama. A las 14.35 horas terminó el recorrido en las comunidades de Xuxch’en, Coco’, Tabac, San Pedro Cotzilnam, dirigiéndose a la comunidad de Yeton, Aldama. Integrante de seguridad y de mesa de diálogo entre Aldama y Chenalho, dio su informe de disparos mismo que ellos han reportado en las diferentes instancias gubernamentales y no gubernamental”.

El conflicto -que ya ha causando muertos, heridos y desplazados- deriva de la disputa desde hace más de cuatro décadas de 60 hectáreas en los límites territoriales entre Aldama y Chenalhó.

En marzo del 2017 el conflicto se recrudeció, dejando hasta la fecha 25 personas muertas, una decena de heridos y miles de habitantes desplazados.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas una y otra vez ha exigido al Estado mexicano “adoptar medidas efectivas para garantizar la vida e integridad personal de la población de Aldama, especialmente de las comunidades localizadas en los límites territoriales con Manuel Utrilla, Chenalhó, así como de la cabecera municipal; investigar, sancionar, desarmar y desarticular a los grupos armados de Santa Martha, Manuel Utrilla, Chenalhó; atender la emergencia humanitaria de la población desplazada en la región Altos de Chiapas, México, y cancelar órdenes de aprehensión que criminalizan a representantes de las familias desplazadas”.

EL PROBLEMA AGRARIO. En el Informe de los acontecimientos ocurridos en el municipio autónomo Magdalena de la Paz (Aldama) y la comunidad Santa Martha, municipio de Chenalhó, la Junta del Buen Gobierno (EZLN) de Aldama reseña la génesis del problema en la década de los setenta, cuando Santa Martha (Chenalhó) recibió 60 hectáreas, las cuales pertenecían al municipio de Santa María Magdalena (Aldama).

Octavio Ixtacuy López, miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I de México y Miembro Honorífico del Sistema Estatal de Investigadores del Estado de Chiapas, establece que las causas fueron el aumento significativo de la población, pero sobre todo, la transformación de la agricultura.

En 1960 el principal sistema de cultivo era el maíz; años más tarde, la actividad agrícola de la comunidad cambiaría con la introducción del café.

La demanda de los cafetales no sólo reformaría la organización del trabajo, llevaría a una reestructuración del espacio. El resultado: los límites de las parcelas se hicieron visibles y las trasgresiones de los territorios provocó conflictos entre comunidades.

“Los procesos sociales más importantes en este hecho fueron el crecimiento demográfico y la secularización de la agricultura. Dicha presión demográfica sumada al proceso de intensificación de la milpa e introducción de cultivos comerciales como el café, se expresó en el paisaje en una parcelación mayor que indica un uso más individualizado del espacio, donde los linderos entre parcelas se hicieron más concretos y visibles y cuya transgresión comenzó a provocar conflictos entre los marteños”.

Una nota de Revista Jovel / Fredy López Arévalo

Edición: Ch24/7

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