Abogan por la libertad de indígena tseltal, encarcelado por un secuestro que no cometió

Fotografía: Marco A. Rangel

Christian González

Tuxtla Gutiérrez (Ch24/7). Pedro Pérez Jiménez, preso desde hace 18 años en el Centro Estatal de Reinserción Social número 10 con sede en Comitán de Domínguez y quien se mantiene en huelga de hambre desde hace cuatro días, debería quedar en libertad porque no es culpable del secuestro por el que lo acusaron, manifestaron este jueves familiares y su abogado.


En una rueda de prensa en esta ciudad capital, afirmaron que está comprobado que el campesino, de 44 años de edad y originario de Amatenango del Valle, no tuvo nada qué ver en el plagio, y prueba de ello es que, durante los careos con los familiares de la víctima, éstas admitieron que no era él uno de los involucrados.


Francisca Gómez Solano auguró que la actual administración revise el caso y se logre la libertad, pues desde que su esposo fue detenido, a la altura del tramo carretero de Aguacatenango, sufrió agresiones físicas y sicológicas, “yo también fui golpeada, a pesar de que llevaba a uno de mis hijos en brazos”.


Por su parte, Alberto Gutiérrez Figueroa, abogado de la familia y defensor de derechos humanos, recordó que el padre de seis hijos tiene dos sentencias, una de 2012 y otra de 2014, bajo la causa penal 132/2014 (misma que radica en la cárcel de San Cristóbal de Las Casas), por lo que tendría que estar encerrado por casi siete décadas.


“Se violaron todos sus derechos, cuando lo agarran no tuvo acceso a una abogado particular, ni a un traductor porque es hablante de la lengua tseltal, y a esto se le suma la tortura que sufrió por parte de los elementos policiacos”, aseveró.


Rememoró que Pedro fue llevado a Pujiltic, donde los sometieron a maltratos físicos para que firmara un documento donde aceptaba su culpabilidad, por lo que es trasladado a la extinta cárcel de Cerro Hueco, en Tuxtla; luego al penal número 14 conocido como “El Amate”, en Cintalapa, y al final al CERSS 10 en Comitán, donde ha permanecido los últimos cuatro años.

Aclaró que hay una serie de vicios en el debido proceso, y prueba de ello es que cinco de los seis inculpados ya quedaron libres desde hace un lustro, por lo que Pedro es aún “un chivo expiatorio”, pues él fue la víctima de un delito fabricado.

De acuerdo con los allegados y el litigante, se buscará tocar otras puertas hasta lograr que Pedro obtenga su libertad, como la misma Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH).

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